De como Binbigenabik conocio la Corona de los Lamentos
Largo tiempo atrás, cuando hombres, enanos, gnomos, elfos y draenei aun lindaban cada cual en sus territorios, existio un joven gnomo de recio caracter y sabios pensamientos llamado Binbigenabik. Binbigenabik era un gnomo mas pequeño de lo usual, de corto pelo negro rizado, con unos brillantes ojos color castaño de otoño y un bigote mas largo incluso que sus cejas. Estaba interesado en todas aquellas historias que le pudieran contar para, de esa misma forma, contar esa historia en su pueblo para llamar la atencion de todos los alli presentes.
Fue una fria mañana de invierno cuando Binbigenabik encontro la mayor de sus historias sin siquiera haberselo propuesto. Hoy os contare esa historia...
- ¡Binbigenabik, mi pequeño amigo, cuanto tiempo! - Dijo Jhonson de forma muy agradable y risueña - ¿Que te trae por aqui jovencito? - Jhonson era un hombre simpatico, agradable a la vista y risueño cada mañana. Siempre recibia a sus clientes con una abertura de brazos con una amplitud mayor que la de su propia posada. Su posada, El Dragon Gris de Ventormenta, era un lugar tranquilo, amplio, quizas mas aun que las cuevas donde descansan los monstruos que le daban nombre. - Pues veras Jhonson - dijo Binbigenabik - Se de buena tinta que en esta posada encontrare muy pronto la historia que me hara famoso. - Jhonson miraba atento y sonriente al impetuoso gnomo - Veras Jhonson, se que algun dia, alguien me contara una historia sobre un tesoro o una antigua leyenda de un antiguo tesoro, o quizas me hara entrega de un mapa de un mistico tesoro que me hara inmensamente rico; y asi podre.... -
- ¡Vaya, vaya, vaya! Tranquilizate pequeño gnomo, o seras pasto del tiempo como los arboles del desierto que esperan que llueva.. - El hombre tosio abundantemente antes de poder seguir -
¿ Asi que quieres aventuras y una historia que contar eh pequeño ? Yo te contare una tan solo a cambio de una cerveza, ¿ aceptas el trato ? - Binbigenabik cogio rapidamente su jubon, parecia que le hubiera faltado tiempo para terminar de escuchar a aquel hombre antes de pedir una jarra de cerveza a Jhonson. - Vaya, parece que realmente te interesa la historia, asi que antes incluso de probar esa cerveza, hare honor a mi palabra y te contare la historia. Tu mismo diras y apreciaras si esa historia vale una cerveza aguada o una buena botella de Bourbon, sientate amigo y escucha la historia que voy a contarte...
Binbigenabik empujo una silla hasta dejarla mas o menos a la altura de aquel desconocido y cuando ya lo tuvo, se sento y miro espectante al hombre. - Veras, hace mucho tiempo, existio un rey llamado Arthas, el Benebolo. Gozaba de la compañia de su fiel esposa la reina Ariadna y la indeseable de su madre, Giralda. Giralda era temida por el reino entero pues de todos era sabido que era una gran bruja y hechicera, ademas de una practicante nata de la demonologia. El rey Arthas le habia prohibido el uso de aquellas malas artes en su reino, pues no sabia de lo que eran capaces aquellos seres que habitan el inframundo y la oscuridad. Aun asi, aquella malvada mujer seguia practicando sus malas artes en una cueva secreta de uno de los bosques colindantes, su malicia y malos habitos llamaron la atencion de la reina Ariadna, que la siguio una de aquellas oscuras tardes.
Mala fue su idea pues aquella oscura mujer mantenia un pacto con uno de aquellos seres infernales que la vio y la capturo. Todo parecia que la reina habia alcanzado el ultimo dia de su existencia, pero se equivoco, pues esos no eran los planes de la bruja Giralda. Por el contrario, le hizo entrega de una corona, la cual a poco faltar, le soldo a su cabello. La mujer fue liberada, mas antes de serlo, fue hechizada con una maldicion. Desde entonces, la reina, que hasta entonces habia sido una mujer alegre y buena, se convirtio en una serenata de requiems, lagrimas y llantos. El rey, desesperado por ver asi a su reina, pidio a todos los magus de sus tierras y las tierras vecinas que evaluaran sus males, mas ninguno de entre todos supo determinar cual era su mal.
Años mas tarde, la reina fallecio, sentada en su silla, observando la gran vista que se obtenia del reino desde su balcon, el rey, apenado por la perdida de su esposa, busco enajenado a la madre de su fallecida reina. Cuando la encontro, ella estaba protegida por uno de sus sirviente demoniacos, pero el rey le hizo frente, acabo con el y tras ello, corto la cabeza de la bruja.
Pasaron los años y el rey, que habia dejado a su hijo pequeño como sucesor, nunca volvio a su reino, nunca volvio a ocupar su trono, nunca disfruto de su esposa. Cuenta la leyenda que aquel que encuentre la Corona de los Lamentos, como se llamo a la Corona; se hara con el poder de la corona actual, se convertira en rey y hara de la reina actual, su esposa. En muchas ocasiones me han dicho la posible localizacion de esa Corona, pero eso mi pequeño amigo, es otra historia... -
Binbigenabik, se apresuro a comprarle otra cerveza, mas no disponia de dinero encima, corrio a casa a por dinero, pero cuando llego.....
Bueno, quien sabe si aquel hombre estaba o no alli, como dice la leyenda, siempre ahi otra ocasion para dormir, y otro cuento que decir.
Ahora amigos mios, dejen unas monedas si les ha gustado el cuento, y sino, disculpen el tiempo que han perdido escuchando las palabras de este pobre viejo.